viernes, 29 de agosto de 2014

La playa de Dulcinea 67- La propuesta de Don Ramón

La playa de Dulcinea
67- La propuesta de Don Ramón

Don Ramón ha llegado a la playa a media mañana y se ha encontrado en la escalera a Jaime, el repartidor de los helados, que le ha regalado un polo a punto de deshacerse como a todos los niños que le esperaban. No le ha dicho que no y ha bajado los escalones chupando el polo de fresa mientras arrastra la sotana por la arena. Le ha sorprendido el Zoo de la playa y ver en el, tan bien organizada a Marieta. Tiene que hablar con ella y se sienta en unos taburetes hechos con ladrillos y cubiertos con cartón, rodeado de niños en bañador, se sienta junto a Marieta, que enseña a no salirse de la línea de un dibujo, a un niño rubio con la cabecita llena de rizos. Los seis niños que vigila están tranquilos y felices, a la entrada de la cueva ha puesto una garrafa de agua con grifo, de la que le va poniendo vasos a los niños.
Don Ramón la observa asombrado, no ha invadido la playa, es más, ha arreglado una zona degradada y le ha dado un uso que, sin nadie saberlo, era muy necesario. Los usuarios de la playa parecen más relajados y felices, a pesar del calor sofocante.
Don Ramón explica a Marieta que conoce a una parroquiana, humilde y buena mujer, que vive aquejada por dolores en las piernas y no se puede valer sola, para ir al baño, ducharse y arreglar las cuatro cosas de su apartamento. Hasta hace un mes lo hacia su hija, cada sábado, pero ahora se ha quedado embarazada, de gemelos, y lleva muy mal el embarazo, tanto es así, que le han prohibido hacer ningún tipo de esfuerzo. Por ese motivo su madre se ha quedado totalmente desvalida. Yo le oigo contárselo, como si fuera una película que acabara de ver, contando todos los detalles del pequeño apartamento y de la dura vida de una mujer que ha venido a este mundo a luchar, trabajar y padecer. Marieta le mira, apenada, mientras vigila a los pequeños y les dice cuatro palabras dulces. Han dado y media y los padres, se acercan para recoger a sus hijos y otros, se acercan para dejarlos. Cada niño lleva una goma de color atada en el bañador, igual a la que lleva el padre o madre en la muñeca. Marieta hace el intercambio de los que entran y los que salen, cobra a unos y se despide de otros. Algunos niños no se quieren ir. Don ramón espera paciente, acariciando la cabecita de una de las pequeñas. María del Fin y su marido son unos de los nuevos clientes que dejan a las gemelitas, Lisa y Dulcinea, durmiendo en sus cochecitos, mientras ellos van a poder disfrutar de su primer baño de mar, tranquilos.
Cuando Marieta se sienta, después de hacer callar a la perrita, que está atada en la cueva. Le pregunta a Don ramón, para qué la necesita y este le dice, sin rodeos, “para que vayas a dormir con ella, a ayudarla a hacer las cosas de la casa y controlarle la medicación. Ella te ofrece, cena y habitación más una pequeña paga, por limpiarle la casa dos días por semana y darle la medicación y ducharla cada noche”; esas han sido sus palabras.
Marieta sonríe y acepta encantada. Esta noche mismo empiezo,- le dice al cura-. Se intercambian teléfonos y direcciones y cada cual sigue su camino. Don Ramón hacia el chiringuito de Lisa para tomarse un vasito de agua bendecida y charlar un rato con los parroquianos  y Marieta hacia dos pequeños que discuten por el mismo juguete.
Don ramón no ha dado dos pasos por la orilla cuando oye que, a sus espaldas alguien grita su nombre repetidamente, es Marieta que quiere saber si puede llevar a su perrita con ella. “Por supuesto”- le contesta el cura sonriendo, eso es lo que más ilusión le hace a doña Silvia, mientras le guiña un ojo y le dice adiós con la mano. La sotana le arrastra por la arena húmeda, lleva los zapatos en la mano y los calcetines, negros, dentro de ellos. Hoy es un buen día. Dios está con todos los que le rodean y él está feliz. En un mismo día ha hecho dos obras buenas.


Dedicado a todos los que han pensado que nunca saldrían de una mala racha. Muchas gracias por leerme, un saludo. Amaya Puente de Muñozguren. Todos los derechos reservados. Si os ha gustado, compartirlo con amigos y familia, gracias. 

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